sábado, 6 de septiembre de 2008

La cosa es así. El curso de alemán en el que me había anotado ya no tenía vacantes. Ellos tardaron en contestar mis dudas, yo entonces tardé en anotarme. Me dijeron de hablar con una argentina dentro de ese centro, para ver si se podía hacer algo. Voy, hablo. La argentina enseguida se abocó a la tarea de intentar solucionarme el problema. Casi como si fuera una cuestión de índole patriótica. Tal vez lo haya sido. Intercepta a una de las profesoras -alemana- en el pasillo. La alemana 1 es amable y sonríe. Le dice que justo ese día, dentro de unos minutos, se hace la repartija de alumnos en el hall del edificio. Que iba a estar la coordinadora, que hablaramos con ella, a ver si había una vacante. La famosa forma argentina de decir "a ver si algo se podía hacer". Vamos. La argentina, la alemana 1 y yo. Las dos primeras hablan con la coordinadora, la alemana 2. Ésta es enorme, maciza y no se ríe. Escucha lo que le dicen porque debe estar dentro de la cortesía alemana no dar vuelta la cabeza. Dice que espere 10m. La argentina se va y me deja a cargo de la alemana 1. Empiezan a repartirse los alumnos. La alemana 1 me dice que lamentablemente ella está a cargo de un nivel más alto del que yo necesito. Que si no...Me repite que espere a lo que la alemana 2 va a decidir en 10m. Los alumnos (me impresiona la cantidad de asiáticos) empiezan a irse, cual rebaño, detrás del profesor que les toca en suerte. La alemana 1 termina yéndose también, con el suyo. Pasa el tiempo. El hall queda casi vacío. La alemana 2 sigue ahí, atendiendo algunas cuestiones. Sé que sabe que yo la espero. Ni mu. Entiendo que es la manera alemana de decirme "no way". Enfilo hacia la oficina de la argentina, para agradecerle la amabilidad y despedirme. Le digo, con toda la diplomacia de la que soy capaz, que no, que la coordinadora estaba ocupada, que entiendo que no había vacantes. La argentina me dice que ya va a hablar ella con la coordinadora. En eso pasa. Pasa que la alemana 2 viene caminando por el pasillo, seguida por un alumno con problema a resolver. Es obvio que la alemana 2 no quiere ser molestada. Es obvio que el pedido de la argentina la exaspera. Pero la argentina va y la intercepta. Le repite mi situación, casi le exige que vea qué se puede hacer. Yo, a un costado de las dos, palpo el fastidio casi físico de la alemana 2. Siento que la situación le parece inadmisible. La argentina me hace darle el mail y le arranca la promesa de que al otro día se ocupará del asunto. Yo sudo, todavía asorada por la lucha de maneras de hacer. Esto fue a principios de semana. Debo decir que la lucha continúa. La argentina persiguiendo a la alemana 2 y forzándola a dar respuestas. Una de dos: la argentina logra el acomodo, por cansancio. Dos de dos: la alemana logra esquivar el bulto, a fuerza de dilatar los tiempos. Continuará.

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