lunes, 15 de septiembre de 2008

Imaginen la siguiente escena. Chica sale con chico. Chica le cuenta a la amiga. La amiga, entonces, pregunta: "¿quién pagó?". Los tragos, la birra, el choripán, lo que sea. La pregunta es pertinente; su respuesta dice mucho. Sobre esa respuesta se montan delicadas ingenierías de hipótesis y estrategias. Saber quién pagó no es un dato menor.
Acá eso no existe. Jamás a una Helga se le ocurrirá preguntarle a una Anja si Otto invitó la Bionade. Jamás de los jamases. La pregunta no existe, porque no existe la posibilidad. Que ni una ni otra existan es triste. Hay un universo de confirmaciones y suposiciones que se pierde. Hay un dato decisivo que ni Helga ni Anja jamás manejarán. Tendrán otros, me supongo (espero), pero no ese.
Porque acá el mozo, cuando viene a la mesa y trae la cuenta, lanza la pregunta de rigor: "zusammen oder getrennt?" (junta o por separado). La respuesta, en Berlín, siempre es la misma: getrennt. Entre amigos, colegas, compañeros, conocidos o algo-más-para-ser. Siempre getrennt. La persona preguntada ni se mosquea. Ni hace amago de duda o de consulta. Ni se da cuenta de su malaeducación. Ni remotamente percibe el delicado equilibrio que acaba de romper con su respuesta (Porque no se trata de ir mitad y mitad; se trata de que cada uno pague exactamente lo que consumió).
Y no jodamos. Nadie (me refiero mí, como Ulises) quiere que le paguen la cerveza. La cuenta separada está bien. No es el hecho: es la intención. El gesto de amabilidad y de cariño que significa invitar a alguien. O de hacer el intento de invitar. Mejor dicho: de tener conciencia de la posibilidad de invitar.
Ayer, mientras Otto pagaba su parte, añoré como nunca invitar a la señorita Floripondia al cine, invitar a A&M a La Maroma, ser invitada por el amigo N. con comida japonesa, ser invitada por P. en las antiguas mesas de Malasartes. Añoré lo que eso significa. Lo mucho que eso significa. Mi hermana diría que los berlineses son unos rancios. Yo diría que también. Y añadiría: no me extraña que, tanto en los bares como en la vida, la opción de "zusammen" les resulte -casi- desconocida.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Encontré una agradable receta de sopa Thai con leche de coco que es muy rica; cuando vuelva se le invitará una. Como para que no ande diciendo públicamente que sólo se le invita comida nipona (no recuerdo haberlo hecho, por cierto).

marthita dijo...

se le toma la palabra (aunque haga mucho calor cuando vuelva para sopa).

Anónimo dijo...

siempre se puede inventar la "could soup": con un buen asesor de marketing vendemos cualquier cosa.