viernes, 4 de julio de 2008

Tengo una extraña teoría: los germanos descienden de alguna exótica tribu de hábitos percusionistas. Hábitos que guardan, hasta hoy, entre sus más caras costumbres. La cosa es así: yo daba una charla en el contexto de un seminario en una universidad de reconocido prestigio. La audiencia, jóvenes alemanes, me escuchaba. Yo hablaba, ellos escuchaban. Ellos preguntaban, yo respondía. Hasta ahí todo normal. Me arriesgaría a decir que hasta parecían interesados. Nada parecía prever lo que vendría. Hasta que vino. El tiempo de la clase se termina. La profesora me agradece la asistencia. Yo le agradezco la invitación. Y entonces pasa. Ante mi mirada atónita. De golpe, sin previo aviso, al unísono, todos golpean con sus nudillos los escritorios. Golpean sucesivamente. Yo quedo asorada. Pienso, en escasos y concatenados eternos segundos, qué mierda están haciendo. Y más: qué mierda se supone que tengo que hacer. ¿Calambres generales en la zona de las falanges? ¿Algún ritual preparatorio guerrero del que debería precaverme? No. Sólo la forma académica de aplaudir. Y uno que pensaba, como antropólogo, que ya lo había visto todo...

4 comentarios:

rafaawa dijo...

es como son tan eficientes se han dado cuenta que golpear con los nudillos los bancos es mas efectivo que usar la vieja usanza de palma contra palma. ellos lo tienen todo pensado. son tipos muy organizados. aman el orden. y la eficacia.

rafaawa dijo...

me comi un "que" en "es que como"

marthita dijo...

disculpe la ignorancia, sr. rendija, pero dónde estaría la eficacia?

rafaawa dijo...

no tengo la menor idea donde esta la eficacia, pero en algun lado debe estar. yo he convivido con alemanes y le puedo decir que son amantes del orden y odian la ineficiencia. por esta via del razonamiento puedo imaginar que, aunque no tengo idea porque lo hacen y si es eficaz, dicha practica es efectiva a sus ojos. aunque aclaro que mi conclusion es basado en mi limitado conocimiento de la cultura germana.