domingo, 13 de julio de 2008


Miraba las fotos de casamiento de unos chicos alemanes. Las fotos de lo que para uno sería el civil estaban cruzadas por pompas de jabón. Pregunté por el arroz. Me dijeron que tirarlo estaba prohibido. Debo haber puesto cara de algo, porque en seguida aclararon: es alimento. Entonces recordé las miles de propagandas con que te bombardean en las Bahns. Sobre el hambre en África. El hambre siempre está en África (eso lo aprendí en Berlín) y siempre tiene cara de mujer o chico negro. Y hoy, después de ver esas fotos y de escuchar esa explicación, vi esta propaganda. Pensé, no sé si con mucho criterio, en la gran cantidad de culpa. Y en lo triste que puede ser, salvando los contextos, el apego a la literalidad.

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