domingo, 3 de agosto de 2008

Hoy no es 25 de Mayo, pero merecería serlo. Domingo, sol, Berlín. Decidí ir hasta Mauerpark, un mercado con todo: ropa vieja, muebles viejos, porquerías, antigüedades, ropa fashion, plantas, boludeces. Decidí, como era domingo, que los chanchos berlineses debían estar disfrutando de un merecido descanso. Así que viajé sin pagar. Largo viaje, con combinación y todo. Llegué. Entré al mercado. Era inmenso. Y hermoso. Eso si la abundancia de porquerías puede ser catalogada de hermosura. Inicié mi colección de vasitos chiquitos con dos vasitos comprados. Módicos precios. Luego llegué a un puesto enorme. Tenía otros tres vasitos en la mano. Busqué con la vista al que pudiera ser el encargado. Estaba lejos, atendiendo las preguntas de otro cliente. Seguí curioseando, mientras esperaba que se desocupara. De tanto curiosear me fui alejando. Me alejaba. Nadie parecía perseguirme. Seguí con los vasitos en la mano, muy natural. Me alejé, me alejé. Ops, me fui.

2 comentarios:

rafaawa dijo...

ya mismo voy a llamar a sus amigos de azul para q la reporten. (estan buenos?)

Unknown dijo...

chorra!
vos tu vieja y tu papá